CRECIENDO EN SALUD

La educación es uno de los principales determinantes de la salud en la población. Considerar la influencia de la educación sobre la salud, coloca al sector educativo como el principal aliado de la sociedad y una de las principales herramientas que conducen al bienestar de la ciudadanía. La salud, depende en gran medida, de la forma de vida individual, de la familia dónde se nace, del barrio dónde se vive, de las oportunidades del entorno social, de las características del trabajo que se realiza, del uso del tiempo de ocio, del entorno físico, etc… y la educación es el principal elemento amortiguador y compensador de estas desigualdades. Integrar la educación para la salud en el medio educativo, pretende ayudar a nuestro  alumnado a alcanzar y mantener un adecuado estado de bienestar emocional y físico, prevenir problemas emocionales y/o

conductuales y favorecer su desarrollo íntegro. Las políticas de la salud pública que promueven estilos de vida saludable

como primera medida, deben compartir con el sector educativo un espacio de colaboración y de consenso, para que de esta forma, se alcance un doble objetivo, por un lado, que la población esté mejor formada y preparada para la vida y por otro lado, que cuenten con herramientas para tener más capacidad para disfrutar y gozar de ella de manera saludable. En este sentido,

es una realidad que el ámbito educativo se constituye como un espacio idóneo para abordar la promoción de la salud, cuyo objetivos generales con el alumnado serían:

- Favorecer el desarrollo de habilidades que potencien la autonomía emocional, una actitud positiva hacia uno mismo, así como estrategias que permitan afrontar las situaciones de la vida cotidiana de forma sana y equilibrada.

- Contribuir al desarrollo de competencias y capacidades que permitan al alumnado afrontar los riesgos para la salud más frecuentes en estas edades, favoreciendo la elección de conductas saludables.

- Contribuir en la toma de conciencia de la necesidad de crear estilos de vida saludables y respetuosos con el medio ambiente, haciendo partícipes a toda la comunidad educativa.

- Mejorar y consolidar hábitos alimenticios saludables, reduciendo problemas relacionados con una alimentación poco equilibrada.

- Sensibilizar sobre la importancia de la actividad física, la higiene postural, el descanso o la relajación como elementos necesarios para un desarrollo físico y rendimiento adecuado.

- Contribuir en hábitos relacionados con la higiene respiratoria, lavado de manos, distancia social, así como otras acciones relacionas con el autocuidado.

- Facilitar estrategias de habilidades sociales y emocionales para facilitar el intercambio, el diálogo y la convivencia social.